Tu voz como dos timbales enormes,
se rasga al llegar al tono, rotura;
rubrica la palabra tensa, oculta;
acosa entre la luz de los rincones.
Tu voz como recuerdos abismales,
titilante, entre silencios se alumbra,
de frutas rojas, sentidas, retumba;
rugen del mar cautivas emociones.
Distancia que no cesa, pero vibra,
como cruje el aliento entre los dientes,
del sonido vive hasta el contraluz
que se desata, de sangre y de espuma,
¡carpe la boca el llanto del tridente!
Final: canta, lluvia, lejos tu voz.