La Octava real, como hiciera Góngora, aunque sin acercársele un milímetro o segundo, o fractal, o partícula imposible por debajo de la escala de planck. Poesía en octavas como hiciera Miguel Hernández, aunque sin su gracia, su alegría, su pena ni su insondable maestría. Pero poesía, o intento de ella.
Y de cómo, a pesar de todo, van muriendo los recuerdos a tu espalda, en días nocturnos faltos de errores, en noches suculentas sin factores, cuando los fractales no son perfectos y se rompe espumando la armonía en la profundidad de los helados ríos de nieve azul en la memoria.…