—¿Te has fijado alguna vez en cómo respira la gente? —dijo, de súbito, con esa voz suave, casi lenta, que le salía como un hilo de agua después de más de una semana en el hospital.…
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Hace mucho tiempo, lejos, un muchacho contemplaba una escena, escondido, nervioso, dejando que explotaran dentro de él, en una oscuridad engañosa, las primeras sensaciones de una animalidad adulta.…
Lo supo solo cuando decidió irse. Los muertos abundan en las raíces, es donde habitan, es donde van a morir los muertos antes de desaparecer.…
Spiderman es nuestro amigo, aunque poca gente lo sabe, y siempre que viene a vernos, aprovechamos para irnos de marcha juntos.…
Ahí está. Otra vez, desorientada. Lleva semanas así, de un lado a otro, inquieta, siempre vibrante. No es capaz de quedarse parada, como debiera.…
Lo que más le gustaba del verano eran las fiestas en el parque, y las de la familia Harper eran las mejores, sobre todo porque Dustin siempre estaba en ellas, presidiéndolas, divirtiendo a sus invitados, espléndido y radiante con todas las chicas.…
Puede que nunca lleguen a creer lo que me propongo relatar a continuación. Yo mismo, en su lugar, como un observador objetivo y sensato, lo primero que pensaría es que no es más que un invención, bastante raquítica, por cierto, de un hecho, por otro lado, para nada especial.…
Laura fue una niña normal hasta un día cualquiera de mayo, muy cerca de su duodécimo cumpleaños. Ese día, saliendo del cine que estaba a pocas calles de su casa y que hoy, arruinado por el progreso a toda costa, duerme sus voces entre los pasillos de uno de esos supermercados que carcomen las ciudades.…
La última vez que vi a Sanders estaba, como otras veces, urdiendo uno de sus planes en un papel absurdamente abarrotado de dibujos y diagramas que, en su posición de autómata diletante de las fugas, formaban parte de otros antiguos planes trazados durante la semana.…
Había acompañado a Papá al bingo por pura compasión; odio verle sufrir, aunque sea en su propio beneficio. Compré cinco cartones sólo para él, yo no quería jugar, pero se empeñó en que no quería jugar solo y acabe comprando un par más para mí.…
¿Que qué hago aquí? Lamentarme, lo primero, y celebrar, celebrarlo a lo grande aunque no lo parezca. Lamento haber dejado atrás un vida plácida, tranquila, y celebro haberme abierto a otra nueva, menos tranquila, más fluida y vidriosa.…
—Nunca he vuelto a ver un amanecer como ese, enfrentada a la traición de la muerte temprana. A pesar del dolor y del cansancio, fue como verlo por primera vez.…
No hay palabras. Apenas si hay algo. En el andén del metro, tarde, esperando un último tren que siempre parece ir más lento que ninguno.…
- En la Sagrada Oscuridad
«Destellos en la oscuridad. Eso somos. Sólido reflejo de la oscura materia. Intangible creadora. Principio y final.»…
Había algo especial en ese cine. Algo que sobrepasaba el entendimiento o la sensibilidad de la mayoría. Y no era que la mayoría no se sintiera a gusto allí, refugiados de las grandes masas de palomitas, nachos y otros esperpentos que abarrotaban los “multisalas” y “megacines”; todo el que entraba allí sentía algo distinto, un confort que no era ya fácil de encontrar.…
«Sarita acabó pasando por allí. Vino uno de los últimos fines de semana del invierno, aunque el sol se empeñara en hacernos creer lo contrario.…
—¿Qué raro que quieras ir tú a un Starbucks?
—Lo sé, pero es por una razón muy especial, algo que descubrí hace poco, ya lo verás.…
Victoria no era como su hermana Marta, nunca lo fue, al menos desde que dejarán el colegio y se fuera a estudiar a Madrid.…
Estoy en un piso peor, a todas luces. La zona no está mal, menos céntrica pero barrio, barrio, y con metro al lado, aunque el piso es peor.…
Y fuimos muy amigos, ¿no, Marta? Amigos sin pensar en nada más, aunque siempre llevarás la voz cantante, la voz de mando, mejor dicho.…
Sí. Habías sido feliz hasta entonces. O eso creías. Pero si lo creí, será qué fue verdad, pensaste. Puede que estuvieras en lo cierto.…
No todo es cuestión de dinero, dijo Salomón, mostrando su habitual y apacible sonrisa. Doña Marina seguía sorprendiéndose cada vez que acudía a empeñar alguna de las baratijas que guardaba en casa siempre que la vida le apretaba más de lo debido.…