Pasan los años sin mucho cansarse,
equilibrios batidos por la niebla,
el sol se sucede y la elipse monta
en su excentricidad todas las noches.
Y los años caminan, sin alzarse
a mirar lo que nos oculta el día;
triunfo breve del tiempo por la bruma
que ya no vibra, que anuncia pendientes.
De los ojos cargados brotan filos
y cortan la luz entre las nocturnas,
viejas pieles de sabor y colores.
Y la memoria se agrieta en sus silos,
gotean del silencio las rotundas
heridas de repensadas pasiones.
Imagen por: felidae84