Nemorosa:
que es del bosque
como los árboles,
y las zarzas,
y los arroyos,
y las grandes peñas que se miran en lo alto.
Salvaje,
libre,
frondosa,
de otro mundo que no es de éste,
equilibrio,
resuelta entre sendas sin nombre.
Que es de albergar montañas
entre sus pies,
corredora incansable,
de las manos,
el tacto del pino;
del cabello,
el aroma de la tierra enmadejada;
de la voz,
irresoluta,
difusa,
resonante y lejana,
el rumor de la infancia y el viento.
Perdida,
ilusoria y borrosa,
de las hadas y las ninfas,
de las dríadas acuosas,
en su nombre de rimas arbóreas
—rama de cielo—
encuentra el iluso,
el partido,
el roto y desecho —yo—,
dulce refugio placentario.
Nemorosa,
que es del bosque
y el bosque de ella.