Mi destino son los pasos
que aciago o no voy rumiando,
los caminos que trazando
voy maleando en mis manos
sin saber nada de rumbos.
No todo pasa por algo,
algo ocurre porque todo
lo que en su momento pasa
viene dado por la fuerza
de los riesgos que has tomado.
Y no hay dioses ni motores,
ni kármicos arrebatos,
solos estáis, tú y tus pasos,
futuros que no conoces;
luz entre negros colores.
Camina con la razón,
escucha a tu corazón,
vive y grita; vive y ama;
no compres falsas venturas,
dueño de tu decisión.