Gijón, Tsunami 2019, Plaza de Begoña
Este momento, este puto momento,
con la noche de julio aproximándose,
creciendo entre nieblas de luz en huida,
el verde de las hojas disipándose
sobre el tránsito de la plaza en pasos
calmos a la sombra de los balones,
un filo de esplendor redondeando
la última larga luminosidad
a los pies de los viejos y los niños,
lamiendo el nacimiento de la sombra;
y el mar, playa larga, al final del fondo,
otros ritmos de vida más pequeña,
caras de verano, de tarde en noche,
otra vida, recóndita, más viva.
Ese momento, justo ese momento,
mientras la noche se acerca tranquila
y nos sumergimos como de viento
al principio de las últimas horas,
pieles por sudar, vida por roer,
al caer de la palpitación ígnea
de los cielos rotos de par en par,
en ese preciso desequilibrio,
del tiempo transpirando hielos azules
bajo lluvia de sonidos torrenciales,
Allí, justo aquí, quiero yo esparcirme,
desacelerado, como de fuego.