Lo inútil también es bello,
como el perderse caminando,
sin más,
o el olvidar la cumbre
al subir una montaña.
Querer por unos minutos,
por unas horas, toda la vida…
Enzarzarse dos,
o tres, o cinco con todas las noches,
como palabras que se embrollan
en pantallas de papel
por el mero de hecho
de enfebrescerse, libres de pensamiento;
como el dedicarse en cuerpo y alma
a la excelsa cualidad
de la contemplación y el ocio;
como el mirarse, a los ojos,
y recoger las lágrimas
de la risa que no encuentra
más sentido que el buscarse
en las revueltas del tiempo en remolinos.
Lo inútil también es bello,
el lánguido placer de perder el tiempo,
olvidar las reglas en los odiosos
ángulos de modernos poliedros;
rescatarse en la inopia responsable,
escuchar, gustosos, el crujido del presente…
Imagen por: Alexandru1988