¿Qué celebramos? ¿El hambre? ¿la muerte?
¿Celebramos un mundo gobernado
por muertos, economistas, soldados?
¿Celebramos la injusticia rugiente?
¿Qué celebramos sino la mordiente
noche de la ignorancia y el pesado
yunque del hombre deshumanizado?
¿Celebramos la pérdida insistente?
Celebramos esta depredadora
mentalidad de dioses unitarios,
de salvajes blancos ricos pensantes.
Celebramos la ruina redentora,
la sangre y el dolor de los hermanos;
nuestra cultura, peste caminante.