Incómoda

por M.Bardulia
Poesía en Bardulias: Incómoda

Miras desde la silla,
incómoda,
resto de uno de los breves paseos nocturnos
que tanto añoras cuando no tienes.

«No crees que sólo nos queda un camino,
una sola posibilidad,
una salida…»

Qué puedo hacer yo,
si no es pesarte,
con tus luces jugosas
y tus futuras sombras…

Miras, y yo sigo tumbado,
en tu cama florida,
y el suelo frío
es un abismo de metro y medio insondable.

«No hay, créeme,
aunque lo vea y lo quiera,
aunque hubieras pasado
de noche y al alba,
sola en mi cabeza, no hay.»

Un reflejo en la ventana,
notoria ondula la noche
y un eco profundo de horas
que apresura una partida,
quizá final,
salida que tanto hablas.

«El día no ha llegado
y ya parece que la luz
todo lo tumba…
Pero el frío sigue,
aprieta,
y esta maldita habitación fortificada
nos señala, nos obliga.»

Levanto una mano
como de muerto,
que no alcanza a tocarte,
porque no mueves las alas
posada sobre la torre de tu fortaleza.

«¿Y si te rozo?
¿Y si al alcanzarme me tocas
y se abre en tus ojos,
de nuevo,
ese abismo de verdes?»

No.
No queda ya roce,
es tarde,
el abismo es mío,
y la silla,
y el tacto,
se desvanecen en la vigilia,
como esa única salida
de la que tanto te jactas.

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