Cuando feral venga todo pesado y pastoso,
cuando del suelo parezca crecerse la sarna
y en el aire se levante encarnada la marca
de un presente malsano y su futuro rasposo…
Cuando todo parezca venir seco y doloso,
infecto de los días en la suerte descalza,
que no llega, que se tuerce, revuelve y amarga;
cuando hierva la nada en su murmullo sarnoso…
Cuando así caigas, profundo, alquitranado y solo,
comienza por desdecir las razones del alma,
la espiral mal entramada de tus laberintos.
Cuando no sepas, te levantas, da igual lo roto,
y al aire miras, y desafías a la nada,
y vuelves, gritando: ¡yo, otra vez yo, y mis caminos!