Canto de rabia y de pena,
a la sombra moribunda
de los otrora personas,
hoy avaricia profunda.
Canto en desesperación
a la ambición furibunda
y a su ignaro sentimiento,
a mi tristeza errabunda.
A mi amigo en su soberbia,
algo ignorante algo inculto,
como todos en el miedo
arrogante e inseguro.
A mi amigo que se ofende
y atiza desde lo oculto,
que se protege con zarpas
y oculta aleve el insulto.
A ese amigo que te exige
y te reclama pero no
ha sabido dar nunca
ni el sigilo de un perdón.
Amigo que has defendido
hasta el borde del amor,
amigos que te devuelven
desprecio e incomprensión.
A mi amigo de cuando niños,
que en piedra se transformó,
gracias por pagar en púas,
por vender tu corazón.
Canto de rabia y de pena
por no terminar odiando,
por aprender a patadas
que es mejor seguir amando,
aunque el otro ruja y quiebre
la sangre igual caminando,
aunque el amigo te arranque
esperanza y sol de cuajo.
No he abandonado a nadie
en mi vida, ni aun con dolor,
no lo haré ahora ni nunca,
pero quedo en confusión.
La confusión de querer tanto,
de sentir la decepción,
del amigo retorcido,
de su falta de atención.
Arrieros somos y en caminos
de vida nos hallaremos
todos por vernos queridos,
habrá un día en que de menos,
puede que de soledades,
puede que en golpe tremendo
de vida y sus realidades,
quizá abrazos echaremos.
Canto de rabia y de pena
porque a nadie importa más
que su oro y sus pasados,
pasito a paso el final
de un mundo finito y roto,
pasito a paso admirar
el rugido de la injusticia,
vuestra obra en desigualdad.
A pesar de la rabia de hoy,
a pesar del dolor viejo,
que de ahora no viene solo,
a pesar del chasco seco
en que a menudo me cuezco,
yo no cederé al requiebro,
enterraré el desencanto,
volveré a querer, como querer siempre te quiero.
Como por querer tu nunca saber has querido.
Canto a tu futuro miedo
al miedo de tus futuros;
y una estrella recobrada
a tu colapso inseguro:
cálida, masiva, justa,
juntos, cálidos, masivos,
comprensivos, justos, cálidos,
futuro hermanos masivos.
Hay algo más que tu boca,
algo más que tu ambición,
hay algo más que tus ojos
y tu mísera visión.
Hay mucho más que se esconde
a tu práctica misión,
teseractos inflamados,
mucho, mucho más amor.
Amor encima de todo,
aunque tú no puedas verlo.