A V, por su paciencia al desenmascarar
las mil escenas de miedo
Va, por la vida, como un trueno,
va, como la lluvia, desbocada,
empapándolo de todo, de idas,
venidas, alegrías y la cualidad
flexible de quien nunca se rompe.
Va, destilando el brillo que
derrama en la risa loca
sana desavenencia global
con todo lo que construido
no se no es cierto, ni lógico,
ni tiene el pie frío del asfalto.
Va, que no es poco, ni mucho,
es que va, y haciéndose la maga
destituye a los regimientos
del frío polar abarrotado
en las lindes de los deseos,
va, alegrando, que es mucho.
Va feliz, como solo los felices,
bordeando los peligros
y los ruidos demasiado sonoros,
las versiones inauditas que
parecen no acabarse nunca.
Va, como es, en ese
espacio glorioso y difícil
para todos los demás
que se abre transparente
entre la abulia y la locura,
matando monstruos,
desprendiéndonos del miedo.