Es como tocarte, así,
de un sabor fuerte,
como cayendo sin control
por pendientes de hierba húmeda,
sin querer pararse,
sin detenerse,
sólo ese, tú sabor fuerte
y tus hierbas húmedas,
y tus labios,
y tus manos,
y entre tus piernas sin control,
como sin poder pararse.
Es como tocarte, así,
pero sabiéndote salada,
así, fuerte de sabor,
sólo tú y tus pretensiones
en la riqueza de tus rosas
y en la persistencia de mi lengua,
sin control,
sin querer nunca pararse,
salvo para quizá,
hasta el fondo,
mirarse, fijamente;
¡inflamarse!
Es como tocarte, así,
como siempre,
perdiendo el control por verte,
por tocarte,
por besarte y lamerte,
por amarte,
de arriba abajo,
empezando por todas partes.
Es como tocarte,
para nunca dejarte.