Es una especie de vacío,
un colpaso eflorescente
que crece, purulento,
en la oscura profundidad
de los días aciagos.
Es una especie de bloqueo,
la nada incolora,
inodora, indolora,
insaciable del sueño retorcido.
Es enterrarse en vida,
miedo a endurecerse,
a convertirse en la persona
que quieren, que a ellos conviene.
No es más que el pánico
a secarme y perder
la locura por las palabras,
por el taranto oculto de la poesía.
No es más que temer
esta moderna muerte en vida,
burocracia de los sentidos,
inquisición de nuestras utopías.
No sé lo que es
pero me encuentro reducido
al espasmo emético
de todas las rutinas forzadas,
empequeñecido,
domado,
cada vez más ciego del alma…
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