Para Cesca…
No os olvidéis de los caminos de tierrani de su luz exhausta, amarilleada,no os olvidéis de las sombras de los besos,de los ecos de los pasos arrastrados,guardad el crujir eterno de la grava.No…
Para Cesca…
No os olvidéis de los caminos de tierrani de su luz exhausta, amarilleada,no os olvidéis de las sombras de los besos,de los ecos de los pasos arrastrados,guardad el crujir eterno de la grava.No…
Seguirán allí cuando ya no estemos,y en las peñas brillantes cantaránaún nuestras risas, revolveránla arena de los caminos serenosnuestras pasos de ideales nocturnos.Seguiremos…
Blanco, como de la nada absoluta,en el frío reclamo visceralde la realidad dura, tormentosa,de la esperanza retuerta, vidriosa,de una blanca penetración carnal;llévame a ese vacío sin formas,al olvido que sin duda retomas,déjame caer en tus infinitosy buscar el retiro somnolientode una viscosa ilusión natural.…
¿Te acordarás?¿Recordarás que montabas,hoy,con tu abueloel trampolín,la elástica sorpresa inestimada?¿Recordarás a tu abuelo,a mi padre querido,su sonrisa siempre amable,el estallido de luzen su rostro nimbadocada vez que el tuyoaparecía cruzando,raudo, menudo, escaleno,los pasillos?¿Serás…
Chorros de luzy crujidos de fuego,viento que correy voces arcaicasde un tiempo remotamente vivo.Cuestas infernalesy bajadas divinas,arenas secretasy secretos que respiraraoculta la arena.Ventanas…
En las nubes,donde debemos estar todos,en los espacios dispersos,aún por entenderse,aún por ordenarse.En las aguas fríasque rompen las grietas de la roca,en el vacío intersticial,puro,de los ríos que bajanblandiendo crines de sal.En…
Hay sitios, lugares, espacios, tiempo,en los que ocurres, más o menos vivo,más o menos sano, quizá consciente,en que a pesar de extraños y dolorestienden a volverse lo más parejoa un hogar: tu casa, un refugio, un templo.Hay…
Y en el monte de la luz todo tendría sentido, hasta en cimas de dolor, colgados de lo perdido,
en el monte de la luz todo serían caminos, pasos sobre su calor, razones con un destino.…
Ha salido el coyote, enfangado otra vez en los fuertes aromas de la tierra nocturna, ha salido en silencio, mirando a la frontera, y ha visto la frontera llenarse en barahúnda, sus praderas repletas, sus rincones completos en la revuelta febril de la sombra aluda.…
Qué más da, si volveré. Si volveré y volveremos, más lentos, lípidos, bravos, si volveré y estaremos.
Melancolía de qué, si año tras año hacemos que los pasados se cuenten y las horas nos contemos.…
Cuando llueve en Cercedilla y es verano y hace fresco y cuela el cielo gris el calor rocoso de la resina, todo huele a lo que olía, a lo que solía oler cuando importaba menos el color y las formas del barro.…
Esto es un poema de amor solo esta vez, una vez, me contengo y no te lo hago a ti, o no solo a ti, o no por ti, o también a ti, porque al fondo de todo estás siempre, haga lo que pueda, pueda lo que vuele y retiemble.…
Subimos como en cristal la montaña madre y tacto de todas las tormentas; bajamos como bajan las mañanas sumergidas en la piel de la tierra; debimos quedarnos en la cumbre respirando al hielo de las piedras, masticando de cuarzo, mica y sal, esperando a que las brujas soberbias rasgaran el crujido de la púrpura.…
A mis padres, que nos han dado todo: la iluminación del cuento, bondad sin fisuras ni facturas, las epopeyas de la imaginación, tiempo, tiempo, tiempo, toda su vida y todos los colores, los cantos del corazón, la voz del alma y el querer sin medida ni condición, abrigados en el calor de sentirse cuidados, educados, protegidos, queridos y libres.…
Cercedilla, Julio 2017
Claro que faltáis: amigas, amigos, hermanos, hermanas, amigos de amigas, amigas de amores, amigos de amores, amor…
Amor, amor, amor que te derramas en cada risa
Claro que faltamos, pero estáis, en cada calle se guarda un paso, una palabra, un gesto de virtud, un movimiento inolvidable de la infancia, una ventana abierta por la que entrar, una pradera de césped en al que caer dormidos tras recoger nocturnos jugos de la mañana.…
Por fin, días de churrería, días de no esperar a la mañana, de escupirle al sueño, días de quedarse quieto a ver si llegan los días, los otros, los lentos, los suaves, los luminosos, odiosos, a llevarnos a casa, a no querer, a no dormir, a no querer dormirse no, aunque micáceos vengan los sueños.…
Lléname de este olor, el de la tarde inextinguible, la pasión esquiva del sol cayendo, la montaña verde, el cielo verde, la piedra verde.…
Estás como en verano, como yo recordaba, como debieras estar, entre el agua y la roca, y la luz empeñada en acogerse a tus sombras tejidas en el blanco de tus praderas blancas, moteadas de verdes en tus praderas verdes, cargadas de tus flores, todas las flores blancas; y amarillas, y rojas, y moradas, y blancas, así recordaba yo que te respiraba, que crecía sobre mí tu memoria larga, así te miraba yo, que te recordaba, como tú que recuerdas cada luna que pasa, como tú que acunabas con color la mañana.…
Eh, tú, el de la bicicleta, ¿dónde vas que parece que ya lo atisbaras? Dime: ¿dónde? Raudo, cuidado: recuerda…
Si no voy a ninguna parte, si a mí no me hace falta ir, si yendo, voy siempre, cómo quiero, si ahora mismo vengo de ir: ¿recordar el qué?…
A todos nosotros, montaña y sol, noche, agosto, cuestas y arena.
Me gustaría volver, volver y volver, volver a volver en medio del verano, como solía, vestido de rojo, volver a encontraros en la hierba de la plaza sudando de actividad, de gente, de todos nosotros, liberados, todavía…
Me gustaría volver, volver a veros, como entonces, volver a volver a vernos, mirarnos entre las hojas granas, desertar de los colores grises de hoy, aún las pasiones no aprendidas, nerviosos, inacabados, todavía…
Me gustaría volver, volver de volver al verano en mitad de todo, la tarde de sabor rosa, de dulces colores aupadas en bengalas, me gustaría volver a encontrarnos a todos, hasta en la última de las cuestas, tal y como éramos, y que un tiempo se envolviera de hierro y no pasará nada, solo la lluvia, algunas lluvias fuertes, como las que encharcaban los jardines.…
Qué domingo tan raro que hasta agradezco el frío de la misma curva del frío. Del rincón en cada recuerdo. respirar, la hierba, la montaña, la humedad de la noche casi del verano, silencioso, titilante a la espera; sabe que se perdió su infancia, que abrasará de nuevo otras cimas, cambiantes se acicalan, se llenan de pasos extraños, nuevos… Qué domingo tan raro en la piedra, sentado, viendo pasar la calma de los viejos paseantes, y sorber de los grillos, ¿los oyes?…
Las grandes rosas nuevas del jardín, cada año, y la pizarra calentádose al sol, aún del calor azul contra la diáspora que produce la mañana aniñada; gris desesperado que se pierde, todo bulle, hasta el rocío, que huye, que flota tornasolado con las brumas en retirada.…
Quiero volver a sentirme pequeño con el mundo por delante, abrumado, diminuto, perdido, asombrado, querido, vagabundo, nervioso, aterrado, cosido a la tierra, voluble como las semillas, llorón, reidor, exultante, acabado, extendido, iluminado, sencillo, solo… Quiero volver a sentirme borroso entre todas las posibilidades absolutas y cambiantes, renunciar, volver, besarte, no verte llorar, mirarte, sonreír, rozar tu brazo, besarte, subir de nuevo la colina, encontrarnos en las ascesis de los escombros, caminar sobre el balasto incómodo, temblar de miedo y de frío, conquistar la fortaleza, arrancarse, perderse, demoler el vacío de la ropa, sentirse de nuevo en el subterráneo latido, pintarnos de verde las manos, mojarnos, rumiar con tiempo las miradas, disfrutar la lluvia blanca y los cielos negros, atronadores que colman de voz las montañas.…
Un perro que ladra bastardo en el horizonte, un trueno artificial de fuego; se hace el final. Los pájaros, en lenguas conocidas, discuten ya sobre el regreso, y la iglesia al fondo, en su piedra incólume marca el paso con sus campanas, rompiendo el último resto de la última tarde.…
Dame de beber, pero que sea del granito, y que caiga de la sombra que sorbe la luz entre los claros.…