No lo pierda, no deje que se escape.
Consérvela como si no existiera,
como si en este mundo no tuviera
más existencia que la del rescate
en las mañanas que el frío repique;
frío no del frío, frío si hubiera,
si hubiera mirado como si fuera,
probado, andado, besado… Asegure,
no deje que se vuele, aunque le obliguen;
guarde la marcha estoica del latir,
sienta el sonido breve de la dulce
balumba que con los charcos revive;
¡Guárdela y pise! Hártese del crujir
que en la risa, su locura, produce.
*Image by: arseniic