Demasiadas cosas,
demasiadas brumas,
grumos de nervios mentales,
glosolalia autoinmune
consumiendo el calor
de las codas perezosas;
como si faltase algún conector,
la sustancia justa
para engrasar todo el
mecanismo
y hacerlo volar,
una vez más,
en esa gargalesis circunvolucionada,
irritando hasta el colón
las meninges de hierro,
la piel endurecida de la imaginación.
Imagen por: chrisbonney