El mundo es la broma de los mediocres,
la herencia purulenta de unos cuantos
idiotas, producto infame de torpes
almas, supuestos personajes santos
que ocultaron el hedor de sus ocres
tripas, hinchadas y magras, pasados
el sol y la lluvia, noches y lunas,
detrás del mundo, feliz en sus brumas.
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