Sois carne muerta, sin gota de sangre.
Sois el excremento de la avaricia,
la sinrazón, el hambre de malicia
que os crió, que mal os hizo cobardes;
de plata os embutió el morro lobuno,
¡bulbosa prole de corazón bruno!
Seres de la peste y la mezquindad,
hacéis del mundo vuestro estercolero;
cerdos en costra de cieno revueltos,
¡en pronta hora tuerta habréis de pagar!
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