¿Qué hacemos perdidos en el frío
de la verde grisura enladrillada?
Que se nos perdió tan al norte,
nosotros, azules y blancos,
verdes y rojos,
en estas tierras de asfalto irregular
sobre la piel de la blanca transparencia,
dónde no hay refugio,
que hablan el dinero
y el poder
y los amigos de lo humano
pasamos cabizbajos
repensando las razones
de haber caído en las garras
de sus motores millonarios
y esos labios de almizcle inflamado.
Qué buscamos,
alejados del calor de los pinos
y las voces amigas, hermanas, madres,
dejando que la vida se escape
por las ventanas viejas
y mal cerradas.
Qué hacemos lejos, tan lejos,
expuestos a la avaricia,
tunelando la visión
de lo que debiera ser más fácil,
como un suspiro, pero largo,
como un baño, la vida,
como un paseo sobre arena fina,
rodeados de mitos graníticos
y un bidón de nieve,
bajo el sol,
esperando a fundirse
y mojar con su agua
las tardes frescas,
las nunca solas,
las tranquilas y sólidas,
como la raíz de la montaña
en su valle dormido.
Qué hacemos tan lejos,
esperando a respirar.