Lo que mejor recuerdo del mundo es su risa:
la sonrisa de mi padre y mi madre
ante la adversidad,
tenga el color que tenga;
la risa de mis hermanos y hermanas,
aunque el viento se ponga
todo lo gris que se rompe el hierro;
las carcajadas de mis amigos
alimentando el mundo,
reviviendo los días de sol,
las noches de nieves;
la risa, tu boca entreabierta,
la lengua escapando tímida,
apoyada breve, que si rozando,
sobre el extremo infalible,
la punta húmeda de tu dedo…
La risa del mundo,
o lo que es lo mismo:
todo el mundo riendo.