Y en el monte de la luz
todo tendría sentido,
hasta en cimas de dolor,
colgados de lo perdido,
en el monte de la luz
todo serían caminos,
pasos sobre su calor,
razones con un destino.
Todo, todo sonaría
en el mismo canto fino,
la misma nota precisa,
la piel y el tacto sencillo,
como una lluvia en burbuja,
cumbre del monte esculpido,
todo hallaría memoria,
juntos, de un mismo latido.