Ebrio, sin ganas de sol.
Ebrio que estás más saladito,
Ebrio, cerdo, ebrio.
Baila, cerdo, ebrio,
enjambrado en la melopea dulcísima
de las noches como la nieve de largas.
Ebrio: de la cogorza exponente y sentido,
ebrio que eres más divertido,
más bueno,
más guapo,
más ágil,
más fuerte,
más resuelto y plumeado.
Ebrio, lúcete, bolinga perdido,
el del ojo que brilla,
pipa perdido:
el de los cantos:
el de los gritos:
el de los libros:
la de los pasos salerosos:
el que repele la verticalidad
y recuesta en el abrigo del suelo.
Ebrio, bebe, sube,
sube trompa perdido
a las cumbres sudadas de la amistad,
confiesa, verdades y mentiras,
promete amores,
maquina sueños
y enciende el tiempo que hoy te sobra.
¡Chuzo,
santo chuzo del alma!
Ebrio de frontera y casino,
ebrio de nuevas visiones
recuerda, no te dejes:
no trasiegues solo los mares estigios;
despídete a tiempo,
antes de que los ángeles decidan tomarte el habla…
Ebrio que no te repiquen,
que no te atrapen
las sombras de la normalidad,
no dejes que el sueño te arruine
una buena borrachera.
Ebrio, sin ganas de sol,
Ebrio, que estás más saladito.