Éramos niños jugando
entre los pinos y el polvo,
locos libres
cubiertos de ocre aprendiendo,
prendados del viejo pino
y sus sierpes.
Entre las filas de hermanos
búscame, bajando al río
me verás,
allí los pies empapados,
desafiando al aire frío
nos tendrás.
Surcamos sendas de montes
antiguos, trepamos faldas
de fatiga
y hollamos peladas cumbres.
¡Bajamos de tierras altas
la voz viva!
Voz de mil voces y siglos,
voz en los vientos de mar,
aire y lluvia,
semillas, frutos y cantos,
esencia del berrocal,
agua y vida.
Volver a ser fuerte y libre.
Fuerte como fui de niño,
y valiente;
niño como fui de libre,
hermano rebelde, sabio
impaciente.
Chiquillo de savia y sangre,
venas de glorioso fuego,
eres larva,
holoturia de sed y hambre,
memorias del sol y el juego,
risa y grana…