Morador de la exquisita saliva,
peregrino en tus confusos colores,
del viento me trajo lejana dicha
un brote en el cielo de tus olores;
del agua antigua calló en mis heridas
la paz incendiaria de tus sabores.
Trashumante de tu senda y sentido,
por tus ojos fui como fiel destino.