Leo para no ahogarme en vuestro mundo
híper extasiado y tendente a la involución.
Escribo para no asfixiarme con las palabras que de leer,
se me enquistan en las manos.
Sobrevivo respirando en las mentes de otros
que volaron antes que yo, fuera de todo,
sobrevivo viviendo de ellos o de lo que fueron.
Leo y leo para no agotarme de vuestras influencias
malditas, para no tragarme el cieno de las mentiras,
los falsos príncipes y las princesas muertas.
Escribo como vomito, vomito cuando escribo,
todo lo que llevo, todo lo que quiero y no quiero,
lo que soy y lo que no os debo.
Escribo como sueño, a golpes
de puño, a martillazos sordos de un presente
fallido, estragando los tiempos que habéis marcado.
Vivo, que no es poco, aunque tampoco es nada,
todos vivimos, yo lo hago por fuera
de las líneas del resto, sumergido en las imágenes
deliciosas y falsas de los papeles escritos;
más que vivir, yo leo.
Leo y leo.