Retales

por Con Tongoy

—Tus manos.
—Mis manos…
—Sí, tus manos, delgadas, un poco más secas de lo normal siempre, enrojecidas con el frío. Unas manos preciosas, y como me tocaban… Hace mucho me empeñaba en imaginármelas de nuevo, cerrando los ojos, tocándome la cara… Y reconozco que las busqué durante un tiempo, estaba como una especie de fetichista buscando unas manos como las tuyas, pero no hubo manera, sólo hay unas de esas.

Lisa puso su mano sobre la de él, palma contra palma, divertida, reforzada por haberle sacado algo así, a él. Contenta de tener algo más que una salida para un poco de sexo esporádico, le besó, saboreando el aroma del tabaco con deleite. Sin soltarle la otra mano, la que ahora jugaba con sus dedos, aflojó la presión de la que había tenido retenida entre sus piernas, tranquila, sin pensar en nada más.

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