Pollo al fin de semana

por Somnoliento

Receta con gusto
para pollos y gallinas,
de campo y ciudad,
con o sin oficio.

1. Resérvense, si es posible, unas horas ganadas a la tarde del viernes,
        y dedíquense, al menos parcialmente,
        al reparador sueño “siestésico” de la pieza.
2. Una vez hecha la mezcla inicial,
        elimínese a conciencia todo residuo laboral de la piel,
        con una buena ducha y algo de jabón.
3. Después del necesario lavado,
        adórnese el pollo, o gallina,
        con las galas que uno guste
        y el conveniente perfume.
4. A continuación, elegir el relleno preferido
        y asegurar que no sea copioso en exceso;
        deberá satisfacer que no abotagar.
5. Proceder entonces a rehogar la mezcla
        con alcoholes suaves,
        durante, al menos,
        las dos primeras horas de cocido
6. Continuar, una vez bien remojado,
        por contar con licores más fuertes,
        midiendo bien las mezclas; o no…
7. Introducir en el horno
        y dejar cocinar durante varias horas,
        al alba comprobar el asado,
        dejar algunas horas más si la carne aún pide guerra.
8. Finalmente, extraer y cubrir con un trapo seco;
        el preparado deberá reposar
        entre seis u ocho horas,
        si no quiere uno
       comerse el plato revuelto.

Recomendaciones del chef:
no remover ni destapar,
hasta estar seguros de su consistencia
y estabilidad emocional.
No es una prioridad
servir durante el día,
es preferible aprovechar
durante la noche siguiente
y dejar descansar
algo más de un día,
una vez bien exprimido.

Servir mejor en frío,
—salvo que la cosa esté ya caliente—
y acompañado de suaves palmaditas,
canciones y nada de reproches.

Aviso importante:
no se aconseja la mezcla entre semana,
por grave tendencia al deterioro;
si se intentare,
recordar que no hay resaca
que más de tres días dure.

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