Nortes

por Somnoliento

Lento, música de fondo, tranquilo
hoy de tu cuerpo sonriente, dulcísimo,
y del día perdido en tus altísimos
andares: el cielo gris y sencillo.

Libre, la noche descuida el sentido
de los mares de tu tacto finísimo,
y tus labios, de brillo serenísimo,
deshojan las virtudes del aullido.

Tú sonriente, cruzándote ligera;
yo embelesado, al borde del profundo
cortado en el consentir de tus ojos,

dejándome entreverar sin defensa,
reclamando tu cuota de mi mundo;
yo feliz, disipado entre tus ojos.

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