Me equivoqué

por Somnoliento
Me equivoqué
diabla de manos verdes,
a pesar de tus golpes morados,
a pesar de tus lágrimas,
me equivocaron las supuestas convenciones.
Me tendiste la mano,
abriste los poros de la poesía
en el roto de tus palabras,
pero yo, cobarde escuincle,
sólo supe echar a correr.
Me equivoqué,
a pesar de tu cuerpo a contraluz,
a pesar de tus dientes y tus uñas,
aun y a escondidas,
me equivoqué.

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