Hoy te he visto
en una foto antigua,
que casi ni era foto,
que era brillo en pantalla de modas,
que era casi nada en el recuerdo…
Pero te he visto, qué remedio,
de rojo estrecho y rico
en un verano perdido de ti,
en un tiempo lejano de mí.
Pero te he visto, otra vez,
y te he querido, que te quise entonces…
He arramplado con los miedos
rasgando el color de las arenas del sofá,
una vez más, alcanzado
la parte fría de tus brazos…
Como entonces, porque te he visto,
no estabas sola, ni yo esperando,
pero he vuelto a ser, en tu piel
de africana factura,
un niño alegre buscando
en sus noches comerse tus lunas.
entrada anterior