Asfixia de la carne

por M.Bardulia
Poesía en Bardulias: Asfixia de la carne

No me acuerdo de eso de follar;
contigo, nosotros.
No me acuerdo del hecho,
no sé nada de.
No lo recuerdo, tanto,
solo sé de ti,
solo me acuerdo de ti,
de verte el primer día
a la sombra de las pieles
de tigres,
colmillos de elefantes.

Me acuerdo
de quitarnos las formas
y desfigurar el tiempo,
de tenerte a mi lado
en sulfurosas variabilidades,
y yo, a tu lado, sin nada más
entre los dedos
que la primera de tus miradas,
que tu ,
de ti.
Me acuerdo
de quererte pegada,
supurando,
de ser lampreas como bocas,
de tocarnos como arboles
sin ojos,
como holoturias sin piel,
suaves,
y salvajes comer ,
quitarnos todas la fes,
desprovistos de todo,
rápidos como noches,
lentos como los dientes,
temblando en la lengua:
yo, despierto;
tú, serena;
ellos, esperando,
como gusanos,
a que el mundo explotara.

No me acuerdo de lo de follar,
pero me acuerdo de ver,
de tocar,
de oler la hierba en tu cintura,
de sentir la calidez helada
de los tentáculos de tus pies;
me acuerdo de ti,
blanca,
entera y en tus partes,
todas tus partes,
en los versos negados
desdiciéndoles a todos;
ver, rever, remirar,
memorizar tus inclinaciones,
tu vientre sonoro,
sabor de todos tus aromas,
y no entonces, ay,
entrarnos,
sumergirnos,
enterrar la muerte
en la asfixia de la carne,
y poder mirar atrás,
contemplando el infinito.

Líquida como siempre,
así se me escurren
tus líquidos
hasta mancharme los pulmones,
de tenerte siempre pegada,
como espuma de sal,
sin frío,
solo el calor
de la oscuridad escalonada,
sumidos en el deseo
brutal de lo deseado;
nunca me acuerdo de que folláramos,
ni si fuera la primera,
o la única,
o la última de todas;
eso, quizá lo sepan,
los fantasmas que miraban
colgando de las terrzas.
Yo solo me acuerdo de ti,
dientes que auguraban tu lengua,
risa que solo esperaba
un gesto de los labios,
la revolución de la caricia,
para echarse a reír.

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