Y de repente vuelves a mi vida,
de improviso,
en el mejor momento,
en el peor,
para iluminarlo todo,
liarlo todo con tu sonrisa,
otra vez…
Un resquicio de luz
se cuela por fin
entre los escombros.
Un hilo que nace de tus ojos,
infantiles y alegres,
marrones, como solían,
solos, extremos, brillantes…
Estremecedores.
De repente vuelves a mi vida,
vuelven tus besos,
los cortos, efímeros,
apenas dados, vuelven.
Como vuelve tu voz y su música,
tus risas y tus palabras,
el frío, la noche y el día;
los días más felices de mi vida.
Eso, y tu foto,
la griega y blanca,
la Que nunca se fue
y se perdió,
También ha vuelto.