Imagino que.
Imagino que te veo llegar
armada con tu vestido verde
en pies de verano,
tus hombros al descubierto,
tu cuello largo y profundo al descubierto,
tus piernas teñidas al descubierto.
Imagino que nos ponemos a caminar,
que paseamos a un lado del mar
como si nada hubiera existido antes,
como si en cada paso creáramos
nosotros ese mundo salino y atardecido.
Imagino tu pelo de siempre,
rubio de siempre, al verano
humedecido todavía,
menos liso, más rabioso,
imagino que roza y descubre
eléctricas ideas de cada punta,
de cada rebrillo al contraste
del mar casi nocturnado.
Imagino que esto fuera verdad,
si no lo fue,
un día,
imagino las miradas cerradas,
los dientes sellados,
el mordisco y la sentencia,
imagino que hubiera labios,
puede que manos,
puede que garras,
puede que sangre,
puede que todas las olas
aún por golpearnos.
Recuerdo tu vestido verde.