Sabes a césped recién asperjado,
a la tarde cayendo en la piscina
iluminando el roce endecasílabo
de tus sendas a veces compartidas.
Eres temblor de noche bien pensado,
milagro en piel confusa y cobaltina;
Atlas de siete difíciles cumbres,
tesón, aire, nieve… Estrellas y alumbre.
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