Tiempos Perdidos

por Somnoliento

Rozan la memoria espigas
que sueñan en cada invierno
del verde en la primavera,
de el ocre y oro en la siega.
Bailan batidas por vientos
de recuerdo en viejos campos
de Bardulia, ahora yermos,
lejanos y ajenos, crueles,
prohibidos para mí,
sembrados con egoísmo.
Con los helados terrones
de la tierra familiar,
baldía y seca, desecha,
construyo un futuro inane
que ya no será más nada;
horadado por las larvas
de la rabia y el absurdo,
por los gusanos del odio,
no serán ya las cosechas,
su semilla está agotada.

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