Sombra de Caín

por M.Bardulia
Poesía en Bardulias: Sombra de Caín

Lengua de lenguas, 
rojo espanto del Inglés 
del uno al otro confín 
de este su mundo americano.

Lengua nacida en disputas,
a Caín tus tierras rezan,
no importa cuántos hermanos,
siempre habrá quien te aborrezca.

Por más que tú, literal
colisión bárbara de erres,
saques del mar los océanos,
tiendas tus eñes de puentes;

por más que tú, verde, mágica
colección de tantas mentes,
alma de pueblos lejanos,
busques fundir los continentes.

Siempre hubo quien te odiara,

siempre estará quien te niegue
lengua que solo te entiendes 
en la pasión por entenderse.

Romana lengua celtíbera
que extendiste por el mundo
la vida que son los sueños,
sus molinos del absurdo,

que te entregaste a culturas,
que te perdiste en las selvas,
que como no hubo ninguna
entre mares te conservas.

Lengua que, como todas, 
solo persigues un arte,
solo brillas de sentido,
cuando logro comunicarme.

Lenguas que ni duelen ni pesan,
lenguas que son transmisoras,
imaginadas y vivas,
guardianes y afinadoras,

lenguas que no fueron monstruos,
lenguas que como tú, hispana,
no tuvieron enemigas,
no tuvieron patria alguna,

solo hiciste lo que pocas,
al mundo una vez uniste,
y todavía nos unes,
por más que pocos, incultos, 

ignorantes, resentidos,
quieran a ti desmembrarte,
te calumnien, te rebajen,
de la historia desterrarte. 

No existen lenguas culpables,
no habrá palabras traidoras,
no son las letras dañinas,
sino aquel que las tritura.

No somos los que hablamos,
sino ellos, que las negaron,
los que en vez de entenderse
terminan por separarnos.

Lengua de miles, millones
te hablamos, no por afán
de conquista ni violencias,
tan solo porque es hablando,

como mejor entendemos,
y mejores nos hacemos,
mejores nos comprendemos
cuando misma lengua hablamos. 

Español, sombra de Caín,
cuántos quisieron venderte,
cuántos te vejan sin remedio,
sin saber, sin comprenderte,

cuántos felices te hablamos,
que por ti nos entendemos,
del oriente al occidente, 
miles de voces  de hermanos.

nunca habremos de negarte,
ni a ti ni a hermana ninguna,
porque siempre aquellos fueron,
los que a negar lenguas se atreven,
quienes nunca las entendieron.

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