Libres. Sin mirar atrás,
ni a los lados. A los ojos,
a los ojos sí, mirarnos,
vernos mucho más allá
de las noches que pasamos,
dónde o con quién las pasamos,
cómo queremos amarnos,
cuánto, por dónde, hasta dónde,
desde dónde y hasta cuándo.
Más allá del laberinto
de la moral sibilítica,
liberados de la fiebre
de la aceptación. Mirar,
pero solo hasta los ojos
que nos saben devolver
la misma presión y el líquido
sabor de rabias pasiones,
libres convulsiones, largas
efusiones, desnortadas
decisiones vivas, libres.
Libres. Sin mirar atrás,
sin ver sexo, color o pieles,
sin tener que ser quién dicen,
cómo mandan y codifican,
quién el miedo les exige;
sin sus dioses escondidos
sin sus secas escrituras,
mentes huecas retorcidas,
corazones del vacío.
Libres, vernos como somos,
tocarnos como queramos,
chuparnos hasta secarnos,
sernos hasta entrelazarnos,
libres, creer como somos,
seamos cómo seamos,
queramos con quién follamos.
Vernos, amarnos, sorbernos,
mojarnos, doblarnos, vernos
Cogernos, comernos, darnos,
tenernos, pensarnos, vernos
libres, justos, juntos hasta
acabársenos el sol.
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