Qué suerte he tenido

por M.Bardulia
Qué suerte haberos encontrado

A Ric y a Ja,
porque la amistad empieza por erre
y acaba con una jota;
¿o era al revés?

Qué suerte he tenido,
oh Diosa, oh musa brillante de la memoria,
que entre el millón
de caras y bocas que alimentan
el aire y la tierra, que crió
el mar y sus espumas paleozoicas
en sus muchas virtudes arqueanas,
fuera a encontrarme yo
con quien más debiera,
con quien más habría de quererme,
con quien, quizá, oh Diosa,
tal vez no mereciera.

Qué suerte la de haberme hallado,
entre eones de mutantes ensoñaciones cósmicas,
más allá de la bisectriz de nuestra holotúrica locura,
con sus coloreadas sonrisas;
ubicuas y transparentes las miradas
que entre palabras nos decimos;
alambicadas noches de mañanas furibundas
bajo el corazón de la jara pringosa,
el taimado helecho cortante,
y el pino sabio, oloroso, oscuro, profundo y encantado;
oh Diosa de la mitad verde del mundo,
qué suerte contar con quien,
sin medida, escucha y mira:
mira con ganas, mira con vida;
ríe, como solo ríe quien vive y sabe vivir;
ama, como solo aman
los que no aspiramos a ser nada,
quien no aspira a ser nada más,
y por encima todo,
amigos, hermanos, niños;
humanos, terrible y fogosamente humanos.

Qué caigan las estrellas sobre nosotros,
qué estalle el infinito en oleadas de luz,
qué un día termine de irradiar
el último de los primeros agujeros negros;
qué se acabe el vacío instersticial, oh Diosa,
seguiremos allí,
allí reíremos.




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