¿Qué hay de ti
sino las altas esferas?
¿Dime?
El baile cósmico de las estrellas
que, en las nebulosas de tu pelo,
cada noche explotan y nacen,
nacen y explotan,
volviendo a nacer y a explotar,
a nacer y a explotar,
a nacer y a explotar…
¿Qué hay de ti
sino mis noches jaspeadas
del rubio resplandor de tu piel?
¿Dime?
Tu piel floreciendo oscura y húmeda
al batir de los vientos
que enervan un mar de propulsiones.
¿Qué hay de ti
sino del hambre a la sed,
del calor al hielo,
del sol regio al agua,
de tus secretas marismas
a mis pasiones?
¿Dime, qué hay de ti?