De espaldas a tu belleza
más pura, que sin la ropa
nada oculta,
evitando la maleza
rala, que en tu piel se topa
con la luna.
Mirando ignorante al frente,
avizorando las formas
de tu cuerpo
Infantil, lento y ardiente,
esquivando las descargas
de su tacto.
Con pactados ademanes
y maneras, te subiste
a las fuentes
de mis manos, en acciones
mal pensadas y de ir triste
y corriente,
se escondieron de ti yemas
y besos; de tu dulce acento
nos volamos,
de tu piel, cabello y simas,
todos: piel, futuro y cuerpo
nos guardamos.