Aferrado al verso y la sílaba,
colgado de las rimas
por no verme precipitado
al pozo de mediocridad
y rutina,
al que a todos nos llevan.
Durmiendo en su risa,
en los ojos y en tu boca,
en los mares de su pelo.
Soñando, que no esperando;
deseando, que no queriendo;
viviendo, que no a su manera.
Sentido hay en la poesía
que no hay en su cielo;
más vida tiene un soneto
que toda la que encontrarías
juntando sus corazones de hielo.
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