Al fondo de las maderas nocturnas
de un bar de ritmo provecto y reseco
luce al fondo, tan lejano e intenso,
la raíz de tus encontradas lunas
al mar lanzadas, por el mar devueltas,
se agazapan retozando en lo oscuro,
porque en su luz no temen frío alguno,
porque de tus labios andan celosas;
de frente sobre el somnoliento suelo
me veo florecido en tus sonrisas
del extraño brote verde del tiempo,
me acurruco niño en en tus palabras
guía de tu voz, muestra de tu principio,
me dejo llevar, manso en tus miradas.