Si no fuera porque tengo tu risa grabada en lo más profundo. Ni tu olor, ni tu pelo cayendo en mi cara, ni esa pequeña primera vez… Ni siquiera tu cuerpo desnudo. Sólo tu risa, en lo profundo, en lo más hondo, pero tan cercana, ¡y viva! Tu risa de grave a agudo, mordiéndote ese dedo irresistible; tu risa, feliz. Y a carcajadas.
Somnoliento
Estos textos no son más que una muestra de las noches que, aun con sueño, no nos permiten descansar. Un alivio del diario y la rutina. No le busques ni sentido ni historia, no son más que escritos del insomnio, remedios contra la vigilia.
entrada anterior
A la puertas del santo
entrada siguiente