Me duermo en el latir de las palabras
sobre la tímida melodía,
dejando que quizá en el sueño
la imaginación se torne cuerpo
y las realidades se confundan para siempre.
Me duermo en el correr tranquilo de la música
inflamado en los recuerdos,
dejo que el dulce fluir
de una existencia ficticia,
y por eso libre,
y por eso infinita,
nos lleve de vuelta a ese lugar,
sea el que sea,
porque no sabré decirte dónde,
que nos lleve de vuelta a ese momento,
sea el que sea,
porque no sabré decirte cuándo,
me dormiré como si te oyera,
casi entonces, pero ahora,
para que cada una de esas mil vidas (im)posibles
se entremezclen y confundan,
para que los hilos que no tomamos,
las veces que nos besamos,
los colores que le robamos a la noche ausente,
dejen de existir
y se queden solo en mi sueño,
dónde podremos retenerlos,
cuándo podré, si quieres,
hacerlos revolverse y volver,
confundir fantasía y sueño,
imaginación y recuerdo,
en una misma realidad inexistente,
y por eso: siempre.
entrada anterior