Este mundo se alimenta del miedo,
y el ser humano con él se corrompe;
no somos ni animales, ni el remedo
de la persona que del amor surge…
Dinero y poder, orgullo y el cieno
del alma triste empeñada a la mugre
salvaje que le rodea y alienta:
santo petróleo, sana avaricia.
Eso es todo en este mundo de sangre,
savia de los que nunca transigieron
con las normas de acero, cobre y muerte,
las buenas personas que no quisieron
del mundo esta parodia miserable,
esclava, invento atroz que nos mintieron,
estrangulando lo que en verdad somos,
lo que, de humano, una vez disfrutamos.