Ella es el eslabón de las sonrisas
de un mundo que en tristezas se revuelve,
es la pieza que refulge de verde
ante el negro de las propias premisas.
Es la espada que el corazón absuelve,
es el filo de la bondad que avisa
y en tajadas de valor pule aristas,
extremos y miedos que siempre vuelven.
Ella es de transparente y fuerte piedra,
acero del tiempo forjado en llamas
del alma incólume que no se arredra,
ella es antigua como las montañas
y sabia como el aire de la tierra;
ella es fuego, luna, manta y estrellas.