Dime, niña.

por Somnoliento

Dime, niña,
¿ves tú la felicidad en tus mañanas?
¿incluso en las más frías, en las más solas?
Sí, la veo.
Dime, niña,
¿sabes tú encontrar lo bueno en tus días?
¿incluso en los peores, en los más malos?
Sí, lo sé.
Dime entonces, niña,
¿duermes cada noche entre sonrisas?
¿lo haces, incluso, cuando la pena te aprieta
y es la angustia quien te arropa?
Sí, lo hago.
Dime, valiente y alta mujer,
dime entonces cómo lo haces,
cómo ves la luz en el miedo,
cómo sacas del pozo las estrellas,
cómo en tus sueños mantienes a raya a los días,
a las sombras de todo aquello, y aquellos,
que pretenden hacernos morar en el barro.
Enséñame a vivir,
dame de tus labios, de tus ojos, con tus manos,
el azúcar que tú encuentras en todas las cosas;
dame tu fuerza, dame las ganas de vivir,
dame tu vida y tus sanas pasiones,
dame, dame, dame,
que yo quemaré a gusto en su fuego
la angustia que ensucia mis salones.
Ven, corre.

Sigue leyendo

Deja un comentario