Me siento raro en este mundo lleno
de agendas repletas de mil reuniones,
de horarios ansiosamente cubiertos.
Me siento perdido entre los millones
vivos que corren por ser admitidos,
angustiados por encontrar razones
que oculten su total falta de días,
su aversión por la luz y por la vida.
Vida que es vida, pero de verdad,
no la vida al carro del muerto atada,
(vida esclava de áfona fatuidad,
vida rala en la ambición estragada)
vida que es vida, de realidad
tangible y fácil, vida sublimada
en la sencillez de cualquier mañana,
vida sin razón, sólo disfrutada.